Venezuela

Las comparaciones no son odiosas del todo. El político francés Camille Sée atinó al afirmar: “dicen que la historia se repite pero lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan”. Ni más ni menos: la historia de la confrontación entre Colombia y Venezuela viene de vieja data, desde los tiempos en que Santander y Bolívar se enemistaron, situación que llegó al clímax con la conocida Conspiración septembrina.
 
A partir de aquellos tiempos, de vez en cuando se encienden los ánimos y se presentan aventuras y agresiones que dependen, en buena medida, de las necesidades políticas de los gobernantes de ambos lados.  Uno de los primeros enfrentamientos data de 1901, cuando el dictador venezolano Cipriano Castro decidió invadir a Colombia por la Guajira.  Ese año, el 13 de septiembre, se presentó una batalla entre fuerzas militares venezolanas y colombianas en Carazúa, muy cerca de Riohacha.  La invasión, que contaba con el respaldo de los gobiernos liberales de Ecuador y Nicaragua, fue impedida con éxito por las tropas colombianas.
 
Es más: la historia cuenta que las relaciones bilaterales estaban por los suelos y que Colombia estaba inmersa en la guerra de los Mil Días… ¿Alguna similitud con la crisis que vivimos hoy en día?
 
Otro episodio, más reciente, se produjo el 9 de agosto de 1987, cuando la corbeta ARC Caldas ingresó al Golfo de Venezuela. Jaime Lusinchi, presidente venezolano, movilizó cien mil soldados y blindados a la frontera, además de desplegar su flota de aviones F-16.  Con el nacionalismo exacerbado, en Colombia hablábamos del Golfo de Coquivacoa, pegábamos miles de calcomanías y vestíamos camisetas con la palabra Coquivacoa, en un fervor patrio pocas veces visto.
 
En este siglo XXI, cuando el Ejército colombiano dio de baja al terrorista ‘Raúl Reyes’, Hugo Chávez movilizó sus tanques a la frontera y, junto con Nicaragua y Ecuador, estuvo cerca de incendiar el vecindario por la muerte de un criminal instalado en el vecino del sur.
 
En cuanto a la actual crisis, no puede verse solo como el blofeo de un dictador en desgracia: el libreto de buscar un enemigo externo, para revitalizar el nacionalismo, es antiguo pero no obsoleto para los autócratas del mundo. 
 
Tampoco se puede perder de vista que mientras la dictadura venezolana expulsó a cientos de colombianos; Ecuador elevó las barreras para evitar que nuestros productos entren al vecino país.  Entre tanto, el violador que dirige los destinos de Nicaragua anunció la compra de armamento para defender el mar usurpado a Colombia.  ¿Será que aprendemos de la historia que nuevamente se repite?

Comentarios

  1. Anónimo11:12

    Excelente columna sobre la amenaza del triángulo castrochavista contra nuestra patria que abre los ojos para que los colombianos no sigamos por el camino que quiere imponer la izquierda basura colombiana en el país y en el continente....... Hay que despertar y este escreito es una sirena que enciende asobel para toda la comunidad y para todo el pais.

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  2. Estamos en las mismas, solo que con un fantoche de presidente que quiere cobrar las masacres de los terroristas. Esta si es una columna argumentada que no tiene rendijas...... Lastima que publiquen basura chavista en este espacio

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