¡Qué culturita!

En ocasiones, pareciera que la cultura ciudadana desapareció, sepultada en la arbitrariedad de algunos que se hacen llamar ciudadanos.  De hecho, una de las principales bondades de dicha cultura es posibilitar la convivencia pacífica y el respeto de los deberes y derechos de cada habitante de la capital.

 

En días pasados, un guarda de Loira Real reportó un escándalo en inmediaciones del conjunto, casi a la media noche.  Al acudir al lugar, las unidades motorizadas de ASOBEL encontraron a un grupo de jóvenes alicorados y con el equipo de sonido de un vehículo a todo volumen. Después del llamado de atención, bajaron el volumen de la música y se retiraron del lugar.

 

¿Acaso no se percataron estos residentes de Ciudad Salitre Oriental que había gente descansando, intentando conciliar el sueño, después de una semana de trabajo? La desconsideración es contraria a la cultura ciudadana.

 

¡A las patadas!

En días pasados, las unidades motorizadas de ASOBEL fueron alertadas por la presencia de personas sospechosas en el sendero peatonal de la Carrera 58 con Calle 23 A.  Mientras uno de los motorizados acudió por la Calle 23 A, el otro ingresó por la avenida de La Esperanza con Carrera 58, haciendo presencia en el sector señalado.

 

Sin embargo, dos residentes de Ciudad Salitre Oriental, que transitaban por el sendero peatonal, llamaron al motorizado y lo agredieron verbalmente porque estaba utilizando el sendero peatonal, cuando la unidad de ASOBEL estaba trabajando para garantizarles su integridad y seguridad… Incomprensión, sordera emocional y prepotencia: tres enemigos de la cultura ciudadana.