Las lecciones de un plantón
Recientemente, la comunidad de Ciudad Salitre Oriental se
congregó en un plantón convocado con el propósito de promover el respeto a las
mascotas que transitan por las alamedas, calles y vías del sector.
Es importante reconocer el esfuerzo de varias jóvenes que
padecieron el dolor ocasionado por el accidente en el que su mascota fue
atropellada, sin dejar de lado que fue justamente eso, un accidente, y no una
situación premeditada. Así mismo, ASOBEL hace énfasis en el compromiso mostrado
por varios sectores de la comunidad, para acompañar a las dolientes en el
momento difícil por el que estaban pasando.
De hecho, para la Asociación sería importante experimentar un apoyo
similar en los diferentes escenarios en donde tenemos que hacer sentir nuestra
voz, defendiendo causas tan nobles como la seguridad, el ambiente, el
mantenimiento vial y la calidad de vida de la comunidad. En este sentido,
resulta fundamental preguntarse: ¿si nos plantamos por las mascotas, seremos
capaces de hacerlo por otros motivos altruistas?
Toda la situación del accidente, además del plantón, deja
algunas lecciones adicionales para la ciudadanía. Para los conductores, la situación
es un aviso para incrementar las medidas de precaución al transitar por las
vías de nuestro territorio, respetando los límites de velocidad y optimizando
la atención al conducir.
Sin embargo, el asunto no pasa solo por los conductores,
pues finalmente todos compartimos el mismo territorio. Así, otra lección
importante tiene que ver con el nivel de compromiso que debemos tener con los
peludos que comparten nuestras vidas, pues la responsabilidad va más allá de vacunarlos,
darles una porción de comida y recoger las excretas en calles y zonas verdes:
de hecho, el cuidado de una mascota requiere una cuota alta de esmero, ya que hay
preceptos específicos para el cuidado de los animales en la casa o en la calle.
Sobre el particular, por ejemplo, es importante mencionar
que la Ley 746 de 2002 establece que en las vías y en los lugares abiertos al
público, todos los peludos deberán estar sujetos por una traílla. Resulta útil
aclarar que no existe una edad mínima para acatar la norma y por lo tanto, todo
perrito, así sea un hermoso cachorro, debe ser llevado con su traílla
correspondiente.
Por todo lo anterior, si todos nos comprometemos a acatar
la ley, y a reconocer nuestros errores como ciudadanos, podremos mejorar la
convivencia y aprender las lecciones que dejan los momentos difíciles.
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