El antes y el ahora (Segunda parte)

Por Catalina Piñeros Muñoz.
 
Dar una mirada honrada al pasado, solo es posible a través de sus protagonistas, las personas mayores de Ciudad Salitre Oriental.
 
María Inés Estupiñán
Lo más bello fue nuestra juventud y había tal vez más seguridad. Respecto al trasporte, los medios eran el tranvía, los buses y los automóviles: andar en carro en Bogotá era una delicia, pues no encontrábamos trancones ni semáforos. Recuerdo también el teléfono: levantábamos el auricular y pedíamos a la central que nos comunicara con tal familia. Después, lo más moderno fue el teléfono de disco, con un número para cada casa.
 
María Gilma de Ochoa
Mi padre tenía con mi tío un depósito de maderas. Él pedía permiso en el colegio para que yo lo acompañara, porque ellos transportaban la madera por tren. Yo lo acompañaba con la condición de que me trajera en auto ferro, que era un transporte hermosísimo y rápido porque el tren salía por la mañana y llegaba por la tarde y nosotros como en dos o tres horas estábamos en Bogotá.
 
Elvira Montes
El transporte era a caballo y las mujeres usaban galápago que era lo que daba elegancia, porque podía ocultar la forma en la que ella estaba sentada realmente en el caballo. Además, ayudaba que los vestidos eran hasta de cinco yardas. En la época de Jorge Eliecer Gaitán la clase pudiente se inventó que todos tuvieran chofer para que los pobres tuvieran empleo. El pasaje de bus costaba cinco centavos.
 
María Elena Gutiérrez
El transporte era el tranvía y la buseta, luego compré mi carro y me demoraba media hora en ir a Sibaté. Ahora, si se tiene carro particular, por ejemplo ir de Ciudad Salitre al J.J Vargas puede demorar dos horas, porque la gente prefiere tener su vehículo particular. Entonces se analiza que así es mejor no tener carro y andar a pie o en servicio público.
 
Luz Marina Martínez
Yo era de las que iba a hacer investigaciones a la biblioteca, aprendí a escribir en maquina eléctrica y cuando llego el computador tocaba aprenderse una cantidad de códigos para escribir una sola letra. Cuando viví en Barranquilla, para comunicarme con mi familia me tocaba ir a Telecom para redactar el mensaje y enviarle un telegrama a mi mamá. Cuando murió mi padre, mis abuelos vivían en Boyacá y para contarles lo ocurrido, toco enviar a una persona para que les avisara a través de la emisora.

 

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