Más que merecimientos
Para hablar de las mujeres –nunca murmurar de ellas, por si
acaso- es difícil huir de los lugares comunes: que son el complemento ideal,
que sin ellas es complicado vivir, que son valientes, inteligentes y la máxima
expresión de la belleza; son conceptos trillados y no por eso, menos ciertos.
Sin embargo, en ASOBEL vamos más allá y queremos destacar
algunos hechos que están pasando desapercibidos en la sociedad: hablemos del
poder que están conquistando, de las batallas que están ganando y de las metas
que vienen cumpliendo. Ellas querían y podían llegar mucho más lejos, pero
enfrentaban obstáculos de tal dimensión, que algunas optaban por rendirse y
acogerse a los deseos de un patriarca.
Por allá en 1940, una joven inteligente y disciplinada
decidió estudiar medicina en la Universidad Nacional. Sin embargo, su padre se opuso
con todas sus fuerzas y ella terminó renunciando a su sueño. Muchas cosas han pasado en estos 76 años, y
han obrado para bien: vemos a las mujeres destacándose en todas las disciplinas
del conocimiento, incluso por encima de muchos hombres que se han quedado
inmóviles, acomodados en una supuesta supremacía que ellas se han encargado de
desmentir.
En ASOBEL hemos alcanzado importantes logros, muchos de
los cuales se les deben a las mujeres que integraron o que actualmente
conforman el equipo de la Asociación. Y también se han presentado virulentos
ataques contra ellas, por cuenta de la imposibilidad de unos cuantos de aceptar
el hecho de compartir, de igual a igual, con unas mujeres de gran valía y, por
qué no decirlo, de máxima disciplina,
rectitud y constancia.
Nadie le ha regalado nada a la mujer de hoy. Que sean
excelentes gerentes, maravillosas funcionarias o amas de casa consideradas en
su real dimensión y en su enorme aporte social y económico; no les llegó del
cielo: trabajo duro, superación de la discriminación, esfuerzo para vencer la
desigualdad a la hora de someter su trabajo a escrutinio; son solo algunas de
las murallas que han logrado vencer.
No podemos pasar por alto a nuestras administradoras, en
quienes reconocemos muchos valores destacables, en especial la practicidad a la
hora de enfrentar los desafíos del diario vivir: ellas recurren a la
inteligencia, pero también a la experiencia e incluso a la dulzura, para
superar las dificultades cotidianas.
El respeto que merece la mujer de hoy, lo ha ganado con
dedicación y valentía. Por eso, a todas
las mujeres de Ciudad Salitre Oriental, nuestro reconocimiento al honrarnos con
su inteligencia y presencia.
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