Radiación y antenas de telefonía celular

Por Mariano Rosas, residente del conjunto Louisiana.

 

La radiación relacionada con la telefonía móvil y las antenas celulares es electromagnética, lo que significa que no es ionizante, es decir, que no altera la estructura del átomo.


 
1888: Heinrich Rudolf Hertz encontró la forma de emitir y detectar ondas electromagnéticas, formulando “la ecuación de onda”. En su honor se le dio el nombre de un Hertz al ciclo completo de una onda por segundo. A partir de este momento se crearon las telecomunicaciones con la radiofrecuencia, dando origen al espectro electromagnético en el que la radiofrecuencia se ubica en la parte menos energética entre los 3Hz y los 300GHz, rango en el cual funcionan todas las telecomunicaciones, las estaciones de radio, la Tv, etc.
Las emisiones electromagnéticas para dichas telecomunicaciones se hacen a través de antenas, que son receptoras y emisoras a la vez y se ubican en lugares elevados para mayor cubrimiento.  De hecho, la telefonía móvil está formada por una red de comunicaciones, compuesta por las antenas y los terminales o teléfonos móviles, que permiten el acceso a dicha red. De igual forma, el sistema reparte el área en varios espacios de forma hexagonal denominados células  -de ahí el nombre de celular- creando una inmensa red de hexágonos con su respectiva antena, ofreciendo una mejor cobertura y optimizando la calidad de la comunicación.
En el sistema, cada célula utiliza gran cantidad de canales por donde se puede emitir una llamada, es decir que por cada célula se pueden emitir varias decenas de llamadas. La diferencia entre un canal y otro es su frecuencia, pues realmente dichos canales son las ondas electromagnéticas emitidas y/o recibidas en una comunicación a una frecuencia determinada. Cuando dos personas se comunican por teléfono, las dos lo hacen por la misma frecuencia.
De hecho, cada canal emite las ondas electromagnéticas a una frecuencia diferente, lo que hace posible que muchas personas puedan comunicarse simultáneamente. Además, la distancia entre las antenas hace que se emita con más o menos potencia la señal, luego entre más cerca se encuentren, menos potencia de radiofrecuencia será necesaria.
Mitos sobre la telefonía celular
Existen mitos y falsas creencias sobre la telefonía móvil y las antenas celulares instaladas a lo largo y ancho de la superficie terrestre. Es más: algunos piensan que la red de antenas afecta las demás comunicaciones y otros creen que su cercanía impacta la salud. Sin embargo, no hay evidencias científicas que confirmen estos mitos, pues la telefonía celular solo emite radiaciones no ionizantes, las cuales no alteran la estructura del átomo.
Adicionalmente, para seguridad de la población, se han regulado las emisiones de radiofrecuencia a una potencia máxima de 10 W. por metro cuadrado. Así mismo, para tranquilidad y seguridad de la ciudadanía, importantes entidades mundiales de salud, han fijado su posición al respecto.
¿Qué dicen la OMS y American Cancer Society?
“En el campo de los efectos biológicos y aplicaciones médicas de la radiación no ionizante se han publicado aproximadamente 25 mil artículos en los últimos 30 años. A pesar de la impresión de algunas personas según la cual se requiere más investigación, el conocimiento científico en esta área es ahora más amplio que sobre la mayoría de productos químicos”. Basada en la revisión a fondo de la literatura científica, la OMS concluyó que la evidencia actual no confirma la existencia de consecuencias para la salud ocasionadas por la exposición a cambios electromagnéticos de baja intensidad.
De igual forma, la Sociedad Americana del Cáncer indica que “de acuerdo con la distancia y ruta de la torre de telefonía celular más cercana, los teléfonos ajustan su potencia para usar la menor cantidad de energía y así lograr una señal adecuada. Por lo tanto, entre más alejada se encuentre la torre, se requerirá de más energía para conseguir una señal óptima, así como al estar dentro de un edificio”.
Conclusiones de las autoridades colombianas
El MinTIC, en su portal web, incluye la siguiente pregunta: ¿existen riesgos para la salud asociados con vivir, trabajar, jugar o asistir a la escuela cerca de antenas de estaciones base de telefonía celular? En la respuesta, el Ministerio señala que “según estudios de la OMS, no existe prueba científica convincente de que las débiles señales de radiofrecuencia, procedentes de las estaciones base y de las redes inalámbricas, tengan efectos adversos en la salud de los seres humanos”.
Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos
La entidad señala que, pese a la preocupación sobre posibles afecciones al cerebro y otros tejidos, relacionadas con la energía de radiofrecuencia emitida por los teléfonos celulares que se ubican cerca de la cabeza; “a la fecha no hay evidencia (…) de que la energía de radiofrecuencia pueda causar cáncer”.
Así mismo, el Instituto indica que, “generalmente se considera que para que se forme el cáncer es necesario que haya daño al ADN. Sin embargo, la energía de radiofrecuencia, a diferencia de la radiación ionizante, no causa daño al ADN en las células y no se ha encontrado evidencia de que cause cáncer en los animales ni que aumente los efectos de sustancias carcinógenas conocidas en animales”. 

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