Incremento de ventas informales: Negligencia gubernamental y obstáculos legales

Cada mes, los indicadores de seguridad de ASOBEL comprueban el crecimiento de ventas ambulantes que invaden el espacio público del sector.

 

Crece la molestia de los vecinos de Ciudad Salitre Oriental, por la presencia
de vendedores ambulantes en el sector.  Las autoridades guardan silencio.

Desde la llegada de Sandra Milena Muñoz Arévalo a la Gerencia de ASOBEL, se ha venido manifestando, en diferentes escenarios, la inconformidad de un amplio sector de la comunidad, frente a la inoperancia de las autoridades para frenar este fenómeno en nuestro territorio.

 

En este sentido, la Asociación ha puesto la situación en conocimiento tanto de la Alcaldía Mayor de Bogotá como de la Alcaldía Local de Teusaquillo,  e incluso ha enviado requerimientos escritos para que las autoridades informen las gestiones adelantadas para erradicar la problemática de las ventas informales, sin que hasta la fecha se tenga noticia de una respuesta oficial.

 

Algunos vendedores ambulantes, en su invasión del espacio público,
utilizan un chaleco en el cual, algún peatón desprevenido, podría
leer que son respaldados por ASOBEL, cuando lo cierto es que la
Asociación no solo rechaza su presencia, sino que trabaja ante las
autoridades para combatir la invasión del espacio público.

Además, la Asociación ha pedido que las entidades describan los mecanismos que utilizarán para solucionar definitivamente la invasión y evitar que siga creciendo el número de comerciantes ambulantes en el sector; ratificando que tales acciones son obligatorias ya que Ciudad Salitre Oriental está incluida en la Zona Especial de Seguridad del CAN.
 
Esta situación se ha ventilado en diferentes escenarios ante la Alcaldía Local y ante la JAL de Teusaquillo.  Así mismo, el 24 de agosto y el 10 de octubre, ASOBEL volvió a exponer la problemática ante el Alcalde Iván Fresneda, explicando que esta realidad afecta cada día más a los residentes, pues a la invasión del espacio público, cuyo disfrute es un derecho de toda nuestra gente; se suman la inseguridad, el abandono de basuras en las zonas verdes y el mal uso de las canecas ubicadas en el espacio público, que terminan rebosadas por los desechos generados por el comercio informal.