A las carreras

Por esta época, es común ver a muchos ciudadanos, corriendo verdaderas maratones profesionales y personales.  Mientras algunos buscaban, con afán, los obsequios que entregarían en Navidad, otros tenían el reto de cumplir –así fuera a último momento- las metas y presupuestos a su cargo.
 
Un reciente informe entregado por la Veeduría Distrital señaló que la ejecución del Distrito Capital alcanzaba solo el 75 %, a menos de 50 días de finalizar el año.  Esto con el agravante de que a partir del 9 de noviembre comenzó a regir la Ley de Garantías, que prohíbe la contratación directa y la celebración de convenios interadministrativos, fórmulas que has sido la constante de la actual administración distrital.
 
Es más: a mediados de noviembre, la Administración había ejecutado 6 billones de pesos de los 10,5 billones disponibles, lo que significa que la ejecución presupuestal distrital es la más baja de la década.
 
Pero si en el gobierno capitalino llueve, en algunas administraciones y conjuntos no escampa: muchos han procrastinado –esa tendencia a dejarlo todo para última hora- y el resultado es que ahora, ante la inminencia del fin de año, deciden emprender obras y contratos para tratar de cumplir con el presupuesto aprobado por la Asamblea.
 
De este mal, por desgracia endémico en la cultura colombiana; se desprenden diversos problemas como la improvisación, los sobreprecios y la contratación con empresas o personas que carecen de la capacitación y de la experiencia suficiente para llevar a feliz término las obras o acciones contratadas.
 
Ante este panorama, es mejor reconocer la demora contractual, asumir con profesionalismo la situación y evitar futuros dolores de cabeza por cuenta de trabajos mal hechos, lo que termina afectando el buen nombre de administradores y consejos por igual.  No vale la pena la carrera de contratar a cualquiera para cumplir con el presupuesto, pues tal decisión finalmente perjudica a todos los residentes del conjunto y de paso, muy seguramente termina por elevar los costos por la optimización de los trabajos mal hechos.
 
Así las cosas, sea el momento para aprender de los errores, de tal forma que en el año que comienza, la planificación de los contratos que se requieren en los conjuntos, sea la base para ejecutar –sin prisa, pero sin pausa- el presupuesto 2014. 
 
AL MARGEN: Deseamos, con todas nuestras fuerzas, que el año que está por llegar, sea un periodo de bienestar, tranquilidad y mejoramiento constante de todas y cada una de las personas que compartimos este territorio de Ciudad Salitre Oriental.

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