¿Cuánto tienes, cuánto vales?

Dice la canción que este es el principio de la actual filosofía. Parece que algunas autoridades locales y varios medios de comunicación están de acuerdo: solo encienden las alarmas cuando ocurre un hecho contra alguien con influencia que, creen, se diferencia del común de los mortales.
 
Hace algunas semanas, los medios de comunicación despertaron con la noticia del asalto a un cantante en Ciudad Salitre Oriental: reportajes, entrevistas, caras largas y hasta gestos de sorpresa pudimos presenciar en el cubrimiento de la información. Incluso, el Comandante de la Policía de Teusaquillo se alarmó y sus representantes convocaron a una reunión de emergencia para saber qué era lo que estaba pasando, pues eso no podía ocurrir en el sector. Lo mejor: se mostraron sorprendidos, casi atónitos, por las cifras entregadas por ASOBEL.
 
¿Y por qué la sorpresa? No se entiende. Periódicamente la Asociación envía sendos derechos de petición a la Policía de Teusaquillo, a la Alcaldía Local y al Comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá; para manifestar las problemáticas en materia de seguridad y plantear las alternativas para enfrentar con éxito estos desafíos.
 
De hecho, el más reciente Derecho de petición a la Policía de Teusaquillo fue remitido en noviembre del año pasado y respondido el día 30 de diciembre por el oficial a cargo.  En el documento, ASOBEL hizo énfasis en el hurto a personas y a residencias, la problemática de la invasión del espacio público y el hurto a vehículos.  Pero algo pasa en las instituciones, porque el relevo constante de sus mandos sepulta las situaciones críticas que se presentan. 
 
Tenían que hurtarle el celular a un cantante para que todos se alarmaran por los factores de inseguridad en Ciudad Salitre Oriental.  Sin embargo, las estadísticas del Observatorio de seguridad de ASOBEL son enviadas con regularidad a la Policía de Teusaquillo, y más allá de una carta en la que los comandantes se dan por enterados, no se observa una respuesta institucional contundente.  ¡Pero claro! Asaltaron a un personaje influyente y al día siguiente se observó un formidable dispositivo policial, movieron el CAI móvil al sector y todos salieron a dar declaraciones, a hacer promesas y a mostrar una actividad que, 24 horas después, desapareció del mapa.
 
Consideramos que los ciudadanos, sin importar la lista de contactos en el celular o en Facebook, o los ceros a la derecha en una chequera, merecen un tratamiento igualitario ante la ley.  Aquí la comunidad está activa en el tema de seguridad, los residentes cada día enfrentan los desafíos de la delincuencia asumiendo la corresponsabilidad de la autoprotección, evitan exhibir los celulares en la calle y asumen el reto de impedir ser víctimas de la delincuencia. A su turno, ASOBEL trabaja en toda la zona con sus unidades motorizadas y articula acciones con las fuerzas vivas del sector, para mejorar, en la medida de las posibilidades, la situación de seguridad en la zona.
 
Pero al ver a los medios y a las instituciones sorprendidas por el caso del cantante, se constata la soledad a la que nos someten las autoridades, salvo cuando la víctima tiene contactos suficientes para visibilizar un hecho delincuencial.  ¡Todos merecemos la misma atención!

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