Movimiento contra el oxímoron

Durante los últimos años han pasado tantas cosas oscuras en Bogotá, que algunos ciudadanos respaldan entusiasmados cualquier anuncio contra la corrupción.
 
Me sumo a esa cruzada, pero desde una perspectiva distinta: me encantaría ver al liderazgo capitalino, combatiendo la corrupción del lenguaje y el oxímoron - dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido- que aparecen como la génesis de las múltiples formas de corrupción.
 
Es que el cambio arbitrario del significado de una palabra, como ha ocurrido con los términos secuestro, paz y democracia; termina desdibujando su significado y, lo que es peor, ocultando tras el velo de la mentira y del cinismo, a los ejecutores de las tropelías o a quienes son sus principales verdugos.
 
Cuando el secuestro pasa a ser una retención, el secuestrador deja de serlo y se convierte en el guardián de un retenido.  Lo mismo pasa con la paz, pues en el momento en que se le arrebatan los componentes de verdad, justicia y reparación; sus más enconados rivales se envalentonan y terminan pidiendo partidos políticos armados, impunidad y atrocidades por el estilo. 
 
¿Y qué tal la corrupción de la palabra democracia? Ha sido de tal magnitud que las tiranías más infames del planeta han apellidado sus regímenes con la palabra democrático: Kampuchea Democrática, la de Pol Pot; República Democrática Alemana con su Stasi; y la República Popular Democrática de Corea, conocida como Corea del Norte. Estos son algunos ejemplos de la corrupción de la palabra democracia, utilizada como fachada para imponer la dictadura del proletariado o de los trabajadores y favorecer los intereses personalistas de los tiranos.
 
Así las cosas, respaldaría con entusiasmo el combate frontal contra la corrupción del lenguaje e incluso propongo desde ya que en la bandera de ese movimiento esté el diccionario de la Real Academia Española, para que aquellos que dicen combatir la corrupción, conozcan el verdadero significado de términos como nepotismo –que hoy figura como trabajar con gente de confianza-; e ineptitud –que ahora es persecución ideológica-.
 
PUNTILLITA: El filósofo brasileño Millôr Fernandes dijo: “Muchos de los que hablan de la corrupción, solo escupen en el plato del que no han podido comer”.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Recuerda el incendio de Puente Aranda?

El Camino de la vida: Un sendero que debemos recorrer

Cancha de la Calle 22 B con Carrera 58 : ¿Usted asistió a la entrega oficial de los trabajos?