La siesta


Por Mery Constanza Pérez, Licenciada en Educación Física y Profesora de Natación.

Los estudios demuestran que tomar una siesta de 10 a 30 minutos diarios, incide en la mejora de la memoria, cultiva la creatividad y reduce el estrés y la presión arterial.

Cuando se agota la energía, la costumbre es tomar café, lo que difícilmente  provee lo que realmente necesitamos. En cambio, una breve siesta nos dará -de manera natural- la energía  física y mental para seguir con nuestras actividades. Después de la siesta, la mente revive y los pensamientos se organizan, devolviendo la creatividad. Es más: al despertar, la memoria y las funciones cognitivas ofrecen un mejor recuerdo de lo que se ha estado aprendiendo y leyendo… Es como tocar el botón de reinicio en el cerebro, logrando recordar cosas que, de lo contrario, se habrían olvidado.

Algunos días solo necesitas dormir un poco más. Si tuviste una mala noche o una semana estresante y agotadora en el trabajo, una siesta puede mantener el ánimo en alto. Pero si tienes alteraciones de sueño, insomnio, apnea del sueño u otra condición, habla con tu médico antes de programar una siesta porque puede presentar riesgos para la salud.

La productividad y el rendimiento suelen beneficiarse con este breve descanso. De hecho, las grandes compañías están reconociendo los beneficios de tomar una corta siesta durante el día e incluso inducen a sus empleados a realizarla, teniendo designada un área para ésta actividad.

Así mismo, la siesta disminuye la fatiga, siempre que se limite su duración y se realice en el momento adecuado del día. Además, los investigadores han demostrado que tomar una siesta después de un episodio de estrés, recupera el trabajo cardiovascular al tiempo que las hormonas liberadas durante ésta, disminuyen los niveles de angustia.

Varios países, con baja mortalidad, promueven la siesta –además del ejercicio y de una sana nutrición- e insisten en el buen descanso nocturno y a su hora para mantenerse saludable. Esto también incide en evitar enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson, todavía en estudio. Una breve siesta es también recomendable para adultos mayores que se han jubilado y pueden tener una rutina organizada que mejore la calidad de vida.

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