¿Regresamos al Tiempo del ruido?
El 9 de marzo 1687, a eso de las 10 de la noche, los
habitantes de Santafé de Bogotá escucharon un sonido aturdidor por más de 30
minutos. Los santafereños, presos del
pánico, huyeron en pijama a las iglesias y monasterios de la ciudad. A este
fenómeno se le conoce como el Tiempo del ruido.
Ciertamente vivimos en la misma ciudad que padeció esa
angustiosa experiencia hace más de 300 años. No obstante, el Tiempo del ruido
modelo siglo XXI ya no se trata de un rugido inexplicable y prolongado sino de
la invasión abusiva que algunos emprenden contra la tranquilidad y el reposo de
los ciudadanos.
El Tiempo del ruido contemporáneo surge, en Ciudad
Salitre Oriental, de las canchas y escenarios dispuestos en el espacio público,
pues allí se congregan, como fanáticos de la secta del bullicio, algunos
presuntos ciudadanos quienes sin pudor y con total desprecio por los derechos
ajenos, gritan, ríen, golpean sus balones contra el piso y hacen todo lo necesario
para agredir a los verdaderos ciudadanos que, en horas de la noche, procuran
algo de descanso.
Y hablamos de presuntos, porque la cultura ciudadana
tiene como plataforma fundamental el respeto a los derechos ajenos, máxime si
se tiene en cuenta que al habitar en una zona residencial, y en la noche, hay
centenares de personas tratando de dormir para emprender una nueva jornada
laboral o escolar. Los fanáticos del Tiempo del ruido moderno no solo
desprecian y agreden a los que descansan, sino que además, incumplen las normas
establecidas sobre el uso del espacio público en horas de la noche.
Son numerosas y reiteradas las quejas de los residentes
de algunos conjuntos de Ciudad Salitre Oriental, en cuanto al abuso de ruido en
las alamedas y escenarios deportivos ubicados en el territorio. Ante tal situación, ASOBEL no permanece
indiferente y ha emprendido un trabajo conjunto con la Policía de Teusaquillo,
para controlar a quienes irrespetan la tranquilidad ciudadana.
Así mismo, la Asociación ha visibilizado la problemática
en diferentes escenarios, con el propósito de articular las acciones que
permitan neutralizar los desmanes de incultura ciudadana en las canchas de
nuestro territorio. No obstante, también
reclamamos una mayor solidaridad de nuestros residentes, no solo para reportar
la situación, sino también para que apoyen a la Asociación, realizando acciones
de control social como la denuncia y el llamado oportuno a las autoridades, de
tal manera que los abusivos no se salgan con la suya. El Tiempo del ruido, por lo menos en Ciudad
Salitre Oriental, está condenado a ser cosa del pasado.
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