Hablemos de la resiliencia
Apartes de una conferencia del educador Camilo Roa
Mackenzie.
Resiliencia es la capacidad de reponerse ante las
dificultades y las frustraciones de la
vida. Es resistir y transformar cosas negativas en positivas, adaptándose al
cambio.
Es salir adelante ante las diferentes situaciones (efecto
bambú) y volver al estado inicial cuando algo pasa. Es enfrentar fuerzas
externas sin deformarse, tal y como el agua se adapta y busca sus caminos. Es
la capacidad de sobrellevar el sufrimiento presente en la vida, fortaleciendo
la tolerancia a la frustración.
La disciplina amorosa fortalece esta cualidad en los
niños y adolescentes para que la vida no les quede grande.
¿Qué sabotea o debilita la resiliencia?
·
Desconocimiento de sí mismo.
·
Baja tolerancia a la frustración.
·
Inseguridad y miedos paralizantes.
·
La pereza, el facilismo, el inmediatismo y el
egoísmo.
·
Poca tolerancia a la crítica.
·
No desarrollar la capacidad de independencia.
·
Eludir la responsabilidad.
¿Cómo apoyar a los jóvenes?
Es necesario que los jóvenes perciban y vivan los
valores. Además, requieren el ejercicio de la autoridad firme y amable, con
disciplina, amor y buen ejemplo.
Los valores, que se transmiten por contagio, son faros
que ayudan a tomar decisiones sanas. Así las cosas, si el joven capta el valor y
lo considera importante, actuará de forma responsable y perdurable por
convicción.
En cuanto al modelo de autoridad, es necesario renunciar
a paradigmas como el autoritarismo y la sobreprotección, asumiendo una conducta
restaurativa, en la que todos ponen y todos ganan, ya que el joven no solo está
para recibir sino también para dar. Así
mismo, la autoridad debe brindarse desde la perspectiva de ayudar al otro a ser
mejor persona, llevándolo a hacer las cosas por convicción.
Finalmente, la disciplina juega un papel fundamental,
pues los límites son necesarios y por tal motivo, es indispensable orientar al
joven para que les dé un significado a las normas.
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