Hablemos de depresión

Con ocasión del Día Mundial de la Salud, este año fue analizado el tema de la depresión como una enfermedad que provoca angustia mental y afecta la capacidad de las personas para realizar, incluso, las tareas cotidianas más simples.
 
Según Robinson Cuadros, presidente de la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría, en el peor de los casos, la depresión puede provocar el suicidio, que actualmente es la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años de edad.
 
En cuanto al segmento poblacional de personas mayores, la depresión también hace presencia con sus efectos catastróficos. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento 2015, luego de la hipertensión arterial, la segunda patología más prevalente en mayores de 60 años es la depresión, siendo Colombia el país latinoamericano con mayores índices de depresión en la vejez.
 
De hecho, la depresión en personas mayores se asocia con síntomas como alteraciones en la memoria, tristeza, aislamiento social, perdida de interés, sentimientos de culpa, falta de autoestima, alteraciones en el apetito, pérdida de peso, insomnio y somatizaciones; lo que altera de forma directa el estado de salud y el bienestar de la persona.
 
Esta situación se explica en buena medida en la marginalidad, la pobreza, el hambre, la falta de vínculos de afecto y la mala calidad de vida. Como si fuera poco, la situación es más dramática para los mayores de 80 años, pues según datos de Medicina Legal, un alto porcentaje de esta población ha optado por quitarse la vida ante la falta de políticas públicas que atiendan psicológicamente los estados de depresión en la etapa de la vejez, informó la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría.
 
En la actualidad, muchas personas mayores quedan reducidas al cuidado de los nietos, a ser vigilantes de casa o mandaderos que pagan los recibos o hacen diligencias, por lo cual, como sociedad, es indispensable replantear el papel asignado a las personas mayores, abriendo posibilidades de inclusión social, de oportunidades ocupacionales y de mecanismos especiales para fortalecer el tejido social de tal forma que esta población se mantenga útil y productiva, lo que redunda en beneficio de toda la sociedad colombiana.

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