¡Buena cara!

Algunos pensarán que este 2015 no se ve bien, que ya se presiente la mano tributaria en los bolsillos de los ciudadanos, que el dólar está más allá de las nubes y que por cuenta de esto, la inflación crecerá sin remedio.
 
Es cierto que en el horizonte se adivinan fuertes tormentas, pero eso no puede ser motivo para enfrentar, con pesimismo, este año recién nacido.  Por el contrario: los momentos difíciles ameritan valentía y entusiasmo, pues hay motivos suficientes para celebrar el día a día.
 
No se equivoque.  Esta no es una columna de auto superación, ni de consejos prácticos para hacer más llevaderos los impuestos que se nos vienen encima: se trata de una invitación a disfrutar de lo que la vida nos ofrece día a día, pese al derroche gubernamental en lujos para la Primera Dama (un avión de 10 millones de dólares) y al cráter de billones de pesos que dejó la pasada campaña a la Presidencia de la República.
 
¿Será que la sonrisa de nuestros hijos o nietos, o de un amigo, puede ser eclipsada por las torpezas financieras del actual gobierno? ¿Será que el gozo de despertar cada día, con excelente salud o con algún quebranto, puede ser opacado por el precio del dólar o por el incremento en el costo de vida?
 
El bombardeo del pesimismo es constante y no solo ocurre en Colombia, sino también en todo el planeta, como ocurre hoy en Francia y en el resto de Europa. Naturalmente, en nuestro país, y también en la capital, ese pesimismo tiene fundamentos sólidos que no se pueden soslayar.
 
Por eso, ante las noticias dramáticas y hasta apocalípticas, es indispensable refugiarse en los remansos de paz que nos otorga la vida: si aún no ha encontrado ese lugar, comprométase con usted mismo a buscarlo, lo que le resultará un reto fascinante que nunca terminará en frustración.
 
Si está angustiado por el dinero, siéntese con calma, haga cuentas, analice los gastos que pueda recortar y tome la decisión de hacerlo, pues son preferibles algunas renuncias a perder la paz.
 
Antes de no querer salir de la cama, por cuenta de la depresión tributaria, reúnase con su contador, quien le explicará que la nueva carga de impuestos es algo manejable para su bolsillo. En cuanto al precio del dólar, analice el entorno económico mundial del petróleo, pues así como ahora está tocando el fondo del barril, algunas medidas adoptadas por los Estados Unidos, podrían presionar el precio al alza y de esa manera, la lluvia de dólares en el mercado colombiano, seguramente ajustará la tasa de cambio a un precio razonable.
 
Simplemente no se deje llevar por la coyuntura, mire con optimismo el panorama y atrévase a hacerle buena cara a la vida, pues en los momentos difíciles es cuando aprendemos y crecemos: no tema ante las tormentas… su barco está equipado para sortearlas con éxito.
 

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