Editorial febrero 2018


S.O.S.  H2O

Lo que parecía tema de ciencia ficción o cuento de terror ecológico, reservado a  los guionistas de cine o escritores de cuentos y novelas, infortunadamente ya es realidad y el  protagonista en nuestro planeta es el preciado líquido vital H2O, conocido como AGUA, todos los seres vivos que habitamos la tierra, la necesitamos, la utilizamos y hasta la malgastamos a cada instante de nuestra corta peregrinación por este planeta de todos pero a la vez de ninguno.

 Ni los más poderosos dioses de la mitología griega y romana gobernantes de mares, ríos, lagos, lagunas, cataratas, manantiales y arroyos de todos los confines de la tierra milenaria han podido después de  más de 2000, años controlar la acción devastadora del ser humano que lenta pero progresivamente hemos arrasado y contaminado las fuentes hídricas proveedoras de vida y bienestar.   Poseidón, en Grecia y Neptuno en Roma, pareciera que sufren el duro momento de los estertores de su existencia al ver como desaparecen a cada segundo los caudales de lo que fuese su gran imperio.

  Los informes de los últimos días en todos los noticieros, prensa hablada y escrita, dan cuenta de la dura realidad que afrontaran desde el próximo 12 de abril de 2018, los cerca de 4.500.000 habitantes de Cape Town, más conocida como Ciudad del Cabo, una de las ciudades más grandes del continente sudafricano, por cuenta de la falta de lluvias. En esta zona del planeta, se racionalizara y controlará por cuenta de las autoridades gubernamentales y ambientales el suministro de agua siendo el consumo máximo permitido para cada habitante el equivalente a 50 litros de agua al  día, cantidad que estaba en 87 litros diarios. 50 litros que deberán disponer para, aseo personal, alimentación y uso en sanitarios y un litro para las mascotas, estas  junto con las plantas otras víctimas pasivas e indirectas de la irracionalidad de nosotros los seres humanos.

 El lavado de autos, fachadas, el llenado de piscinas queda expresamente prohibido so pena de cuantiosas multas. Es así que los ciudadanos en su mayoría se propusieron no lavarse el cabello para no derrochar agua y se les comienza a ver en las calles con sus cabezas sin asear, sin embargo esto los convierte en símbolo de la solidaridad y la conciencia que quieren despertar en el resto del mundo con respecto al uso racional del agua.

  Ojala, en nuestro medio sirva de tema de reflexión, el uso desmesurado del agua, la tala de árboles, la contaminación de todo tipo a la que en Colombia, ya estamos acostumbrados, agentes químicos, basuras en ríos y mares además del derrame de petróleo por atentados a los oleoductos, la contaminación del mercurio por explotación desmesurada de metales preciosos,  sean cosas del pasado y veamos en el futuro la resurrección del H2O y dejemos a nuestros sucesores un planeta más amable.


VICEPRESIDENTE DE COMUNICACIONES
Luis Eduardo Riaño Moncada

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