Menores podrían decidir si quieren o no, vivir con sus padres
Luego de que un juez ordenara a una menor de 11 años retornar a su hogar, en el que al parecer era maltratada y abusada, la Corte Constitucional salió en defensa de la menor ordenando que se escuche a los niños y niñas cuando estos manifiestan no querer vivir con sus progenitores, contrariando la tradición que daba la custodia a uno de los padres, dejando la adopción como último recurso al cual acudir. Al parecer, cuando la Corte estudió el caso entrevistó a la menor de edad que iba a ser obligada a retornar a su hogar y la niña contó que sus padres le pegaban, que su padre permanecía borracho y manifestó no querer volver con su familia.
Por lo anterior, los magistrados consideraron que a los 11 años la niña tenía la madurez y capacidad para evaluar su situación y que las autoridades vulneraron su derecho a ser escuchada y no podían olvidar que el derecho de la menor es prevalente sobre los de los demás involucrados, incluidos sus padres.
Un caso similar ocurrió recientemente con una niña de tres años, que fue devuelta a sus padres maltratadores y en el que tuvo que intervenir el ICBF para que la menor fuera escuchada. “Es claro que escuchar en estos casos es permitir la participación activa de los menores de edad, pero ello no implica que las autoridades o los adultos estén obligados a hacer lo que los menores digan", dice el fallo de la alta Corte. “Cuando se escucha solo a los padres y no a los niños, se está protegiendo los derechos de los padres y no los derechos de los niños”, añadió la exdirectora del ICBF, Cristina Plazas. En este caso, la niña manifestaba que su madre le pegaba por todo y que no hacía nada cuando se enteraba que el señor de la casa donde vivían la tocaba.
Riesgos de afuera y de adentro
Es claro que la sociedad está llena de riesgos: Las vías, la inseguridad, el clima, los fenómenos naturales, las negligencias y las osadías ajenas, nos enfrentan diariamente a un sinnúmero de situaciones que se viven en la calle y ponen en peligro la integridad de las personas. Y aún más cuando esas personas son niños, que dependen de la protección de los adultos mientras aprenden a defenderse por sí solos. Es el trance inevitable que se debe correr mientras se aprende a enfrentar el mundo.
Pero lo que no se cuenta, es la inseguridad que se vive de puertas
para adentro en los hogares, donde los más pequeños deben vivir en condiciones
de protección física y psicológica además de otorgársele un nicho cálido donde
se cultive el amor y los valores para que en el futuro sean ciudadanos de bien.
Desafortunadamente, en algunos casos no es así y permitimos que los niños se
conviertan en el blanco de ataque donde se desfogan los problemas,
frustraciones e ignorancias de los adultos, que en múltiples ocasiones son los
mismos padres. O les dejamos solos, a su suerte, sin las medidas de protección
que les minimice riesgos de accidentes dentro del apartamento.
En Colombia, el artículo 44 de la Constitución Política dice que son
derechos fundamentales de los niños la integridad física, la salud y la
seguridad social, así como tener una familia y no ser separado de ella. Y la
Corte Constitucional ha emitido decenas de sentencias en las que de acuerdo con
las garantías derivadas del derecho al debido proceso y los derechos
fundamentales de las y los niños, reconocidos en Tratados Internacionales sobre
Derechos Humanos, los más pequeños tienen derecho a ser escuchados en todos los
asuntos que los afecten. “La opinión de los niños y niñas deberá, ser tenida en
cuenta en función de su edad y de su grado de madurez, esta última, a juicio de
esta corporación, asociada al entorno familiar, social y cultural en que se
desenvuelve”, se lee en la Sentencia T-955/13.
Dice la Corte que aunque los menores no deben ser separados de su familia la regla mencionada admite una excepción para que puedan ser apartados cuando la misma familia pone en peligro sus derechos, pues según estadísticas del ICBF, en el país se registran 29 casos de maltrato infantil diarios, sin contar los que no se denuncian.
En esta edición el periódico ASOBEL comparte algunas
recomendaciones para que ofrezcamos a nuestros hijos un ambiente armónico que
les permita sentirse seguros:
- Demostrarles cariño y
respetarlos
- No ridiculizarlos y
guardar sus secretos
- Amarlos
incondicionalmente
- Valorarlos como personas
y respetar sus decisiones
- Ser buen ejemplo para sus
vidas
- Escuchar sus
preocupaciones e intereses sin burlas ni juicios
- Mantener comunicación
directa con ellos
- Creer en su palabra
- Ayudarles a reconocer sus
errores sin violencia
- Dedicarles tiempo de calidad, al menos una hora diaria.
Pilas con sus hijos: La protección especial de los niños no se limita a
garantizar aspectos estrictamente necesarios para su subsistencia, sino que
debe comprender las condiciones que permitan su desarrollo.
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