La salud emocional y el adulto mayor


Por Fabio Alberto Hoyos Gil


Según la Organización Mundial de la Salud, la población mundial está envejeciendo rápidamente. Entre 2015 y 2050 la proporción de la población mundial mayor de 60 años se multiplicará casi por dos, pasando del 12% al 22%. De hecho, los adultos mayores realizan aportaciones valiosas a la sociedad, como miembros de la familia, voluntarios y participantes activos en la fuerza de trabajo.

Envejecer es enfrentarse a las pérdidas de los seres queridos, de la fortaleza física y mental, de la independencia y del trabajo, todo unido a la amenaza de la pobreza, ya que solo 2 de cada 10 personas mayores disfrutan de una pensión. Además, muchos adultos mayores padecen algún grado de discriminación, pues en medio del ambiente del paradigma del cuerpo joven, es lógico que el adulto mayor sienta, o que le hagan sentir, que ya no tiene nada que ofrecer. Tal contexto de afectaciones pueden conducir a la aparición de problemas de salud mental.

La salud emocional de una persona se relaciona con su capacidad para disfrutar de la vida, establecer relaciones armónicas con otras personas, participar en la construcción de su ambiente físico y social y contribuir con ello al mejoramiento de la sociedad. Algunos de los problemas emocionales del adulto mayor radican en no saber o no encontrar todo lo que puede hacer por sí mismo y por los demás.

Pero la cultura, la educación y la experiencia adquirida son fortalezas del adulto mayor para superar las habilidades que con el paso del tiempo van disminuyendo, como la memoria, la atención, el aprendizaje, la orientación y la agilidad mental. Además, la familia ocupa un lugar importante en la vida de cada uno, así como los amigos y vecinos con quienes construimos vínculos afectivos, porque todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.  De ahí que nuestros adultos mayores necesiten de nuestra atención y ayuda, así como del apoyo de la sociedad y de los gobiernos, con la formulación e implementación de políticas efectivas que contribuyan a un envejecimiento feliz y productivo.

Por ello en la invitación al acompañamiento en el cuidado de los adultos mayores, de hacerlos sentir queridos e importantes, de sembrar en ellos la idea de que siempre es posible tener anhelos, deseos, de reconocerles sus fortalezas y habilidades, de proveerles actividades que los mantengan física y mentalmente activos, se destaca la labor de nuestra coequipera en ASOBEL, María Elena Gutiérrez, gestora durante los últimos 10 años del grupo “Estación de Vida”, que debe contar con el apoyo de toda nuestra comunidad.

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